Publicado en Excélsior
El nuevo PRI ya comenzó a mostrar su estructura: está lleno de viejos priistas, quienes no pueden dejar de utilizar sus antiguas prácticas políticas.
Cumplida está la condición de los antiguos dirigentes (a quienes algunos les llamaban “líderes charros”) del movimiento obrero oficial, a la que se sumaron los antiguos prohombres del sindicalismo independiente, para que el presidente electo Enrique Peña Nieto conserve su amistad —según dijo públicamente Joaquín Gamboa Pascoe, presidente del Congreso del Trabajo y líder de la CTM, como informó Excélsior y se comentó en esta columna— a cambio de no aprobar la reforma laboral del presidente constitucional Felipe Calderón Hinojosa en lo que se refería a la vida democrática y transparente de los sindicatos.
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